Reflexion #4: El Renacimiento


                                                                 "Templete de san pietro", Roma 

     El surgimiento de nuevos movimiento o tendencias filosóficas y artísticas suele suceder debido al deseo  de romper o cambiar lo cotidiano y existente. El renacimiento no es una excepción a esta tendencia. La arquitectura renacentista rompe con el estilo gótico de la Edad Media. Sin embargo, a diferencia de otros que pretenden lograr algo completamente nuevo, éste basa sus fundamentos en ideas ya existentes, las de la época Clásica.

    Durante la Edad Media, los arquitectos estaban encargados mayormente de diseñar iglesias majestuosas y de grandes alturas, con el afán de conseguir la más cercana al cielo. Surgieron elementos estructurales como el arco apuntado y la bóveda, al igual que el uso de vitrales que ocuparan grandes superficies, dejando entrar la luz al interior de las catedrales. Sin embargo, algunas de estas invenciones resultaron ser  imprácticas, pues con el tiempo la gravedad iba afectando la estructura de forma tal, que si no se enmendaba, colapsaría.

    Una vez transcendida la Edad Media, la arquitectura también cambia, surgiendo el movimiento Renacentista. Éste busca imitar la sencillez y perfección de los griegos en la Época Clásica. A diferencia de lo gótico que solo se enfocaba en tratar de lograr ser lo más sublime y celeste, la arquitectura renacentista logra su grandeza plasmando en las edificaciones un análisis y teorización de diseño y construcción muy completo.  Muchos consideran que la arquitectura llegó a su máximo esplendor durante este periodo, pues se produjeron múltiples innovaciones; además abrió paso la consideración social de los arquitectos como artistas, pues cada uno tenía su propia interpretación y estilo que plasmaba en su diseño y lo hacía distinguirse de los demás.

    Cuando algo no funciona, lo más propio es cambiarlo o enmendarlo para que nuevamente pueda funcionar. Pues en la arquitectura ocurrió una situación paralela a lo planteado. La arquitectura gótica, por más majestuosa e innovadora que podía aparentar, realmente por dentro estaba llena de fallos estructurales. Entonces llegó el momento de cambiar la tendencia gótica y acudir a nuevos fundamentos que permitieran una arquitectura, no solo estéticamente agradable, pero también estructuralmente eficiente. Y en este caso recurrieron a lo que ya se conocía funcionaba de ambas formas- lo clásico. Utilizando los fundamentos de este estilo como base e inspiración, se logró crear un nuevo estilo digno de ser reconocido.

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