Reflexion #1: Los Secretos del Partenón

 

El Partenón, Atenas, Grecia

               El Partenón de Atenas es uno de los monumentos más importantes de la antigua civilización griega. Consagrado a la Diosa Atenas, es uno de los principales templos de construcción dórica que se conservan. El Partenón es además una excelente representación de la época clásica por sus proporciones perfectas, simetría y esculturas. A simple vista, este monumento es un templo rectangular rodeado de columnas; sin embargo, el Partenón cuenta con una complejidad arquitectónica muy adelantada para su época.

               Uno de los logros más impresionantes en la arquitectura del Partenón es la ilusión óptica. Si nos fijamos en su estructura, el templo cuenta con varias “deformaciones” que corrigen las imperfecciones de la vista humana. Por ejemplo, las columnas se ampliaron unos pocos centímetros en el medio para que parecieran absolutamente rectas, y el suelo se inclina hacia el centro para dar la apariencia de una superficie limpia y plana. Es así como los arquitectos griegos de esta época logran construir un templo tan perfecto, elegante y armonioso a la vista.

               Otra de las maravillas del Partenón es su construcción en sí, pues tan solo tardó nueve años en completarse. Este dato es sumamente fascinante cuanto lo comparamos con otros templos similares, cuya construcción es muchísimo más extensa. El dato se vuelve aún más misterioso al tener en cuenta que la restauración de este templo ha durado 36 años y continua hasta el día de hoy.

               El Partenón es un tesoro de la época clásica que contiene muchísimos misterios y adelantos fascinantes a la arquitectura. Además, este templo se convirtió en modelo arquitectónico e inspiración de infinidad de obras. Su perfección, simetría, armonía y proporciones lo hacen el mejor ejemplo del orden Dórico en la arquitectura. Tanto su estructura como las piezas escultóricas que lo decoraban, son obras de arte de muchísimo valor. A pesar de haber sufrido a través de los siglos y estar en ruinas, el Partenón sigue siendo un tesoro arquitectónico que nos recuerda la belleza de la época clásica.

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